Los europeos se encontraron con las judías verdes en la conquista de América y pronto las incorporaron a la cocina europea, comenzando a comercializarse como legumbre a finales del siglo XIX. Hoy en día es una legumbre mundialmente extendida.
Aunque en el proceso de maduración las paredes de la vaina se endurecen mediante la formación de tejidos fibrosos, en su forma inmadura resultan comestibles y se consumen como verdura. Antiguamente se sembraban en Centroamérica y Sudamérica. En la actualidad están distribuidas casi universalmente.
Condiciones de cultivo y cosecha.
Es una planta que requiere un clima húmedo y suave.La recolección, que puede extenderse durante todo el verano, se hace a medida que las vainas van apareciendo.
Son muy sensibles al frío, la excesiva humedad y los vientos. Pueden sufrir ataques fúngicos, como el mildiu o el oídio, y de insectos como la mosca blanca.
USOS
El principal uso de las judías verdes es culinario. Se suelen consumir enteros y se recolectan habitualmente cuando son jóvenes de unos 10 cm de largo, por regla general se suele quitar el filamento longitudinal antes de su cocinado.Suelen ser cocinadas en la mayoría de los platos hervidas, aunque hay recetas que las incluyen crudas en ensaladas o servidas a la parrilla. Se pueden encontrar fácilmente en los mercados y en las grandes superficies comercializada fresca, congelada o en conserva (latas o botes de cristal).
Judías Ricas en Fibra
Las judías contienen mucha fibra soluble rica en mucílagos . 100 g de este alimento proporcionan un 20 % de las necesidades diariasEste tipo de fibra resulta especialmente útil en el tratamiento del colesterol y diabetes.
Las judías verdes son un alimento con un bajo aporte calórico. Presentan menos de 30 calorías por cada 100 gramos. Este contenido calórico se debe a la presencia de hidratos de carbono, como el almidón, que se encuentran concentrado en sus semillas, así como a la presencia de una pequeña cantidad de proteínas.
Son una buena fuente de fibra, aunque su contenido es menor al que encontramos en otros vegetales.
Entre sus minerales destaca la presencia de potasio y calcio, y en menor proporción, yodo, fósforo, hierro y magnesio. Éste último forma parte de la molécula de clorofila, pigmento al que las judías deben su característico color verde. También contiene cantidades apreciables de cromo. El calcio y el hierro vegetal apenas se asimilan en nuestro cuerpo si se compara con los alimentos de origen animal. Cabe decir que las judías verdes son una de las verduras más pobres en sodio debido a que son muy sensibles a la concentración de sal del suelo.
El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Actúa en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.
El fósforo forma parte de huesos y dientes y participa en procesos de obtención de energía.
En cuanto al contenido en vitaminas de las judías verdes, son buena fuente de vitamina C, folatos, y provitamina A o beta-caroteno, así como de B2 y B6, presentes en menor cantidad.
Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico. El beta-caroteno es un pigmento natural que confiere el color amarillo-anaranjado-rojizo a los vegetales. Este carotenoide tiene la particularidad de que el organismo lo transforma en vitamina A conforme lo necesita. También efectúa una acción antioxidante. En el caso de las judías verdes, el beta-caroteno está enmascarado por la clorofila, pigmento de color verde más abundante. La vitamina A es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. La vitamina C también cumple una acción antioxidante e interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos. Favorece asimismo la absorción del hierro de los alimentos, además de aumentar la resistencia frente a las infecciones. La vitamina B2 se relaciona con la producción de anticuerpos y de glóbulos rojos. Participa en la producción de energía y en el mantenimiento del tejido epitelial de las mucosas, mientras que la vitamina B6 o piridoxina colabora en el metabolismo celular y en el funcionamiento del sistema inmunológico.
Su mejor Época
Podemos encontrar judías verdes en el mercado durante todo el año, ya que se prestan para ser cultivadas en invernadero, pero el mejor momento de consumirlas es durante los meses de primavera y verano.
RECETA: Ensalada templada de Judías Verdes.
Ingredientes:1 lechuga roja
1 lechuga verde
200gr de judías verdes
2 huevos duros
1 tomate no muy grande
1 puñado de nueces peladas y picadas
1 cda de semillas de calabaza tostadas
Aceite de oliva, limón y sal.
1- Limpiar bien las judías verdes, quitarles las puntas y sumergirlas en agua hirviendo durante 10´. Colar y enfriar bajo el agua del grifo para que no pierdan su color. Partir los huevos en trocitos y lavar las lechugas.
2 - En una ensaladera ponemos las judías junto con los huevos y el tomate troceadito. Condimentar con aceite, limón y sal.
3 - Colocar alrededor las hojas de lechuga y esparcir las nueces y las semillas sobre la ensalada
¡Y finalmente ahí tenemos el resultado!
HECHO POR: JULIA MORIANO CAMERINO Y JOSE MARÍA GARRIDO LEÓN
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