Acelgas

 1. Introducción
1.1 Características
La acelga es una verdura perteneciente a la familia Quenopodiaceae, y de la especie Beta Vulgaris. Se trata de una planta bianual, de ciclo largo cuyo sistema radicular presenta una raíz bastante profunda y fibrosa que protege los nutrientes del suelo en el que se cultiva sin agotarlos.
Sus hojas son comestibles mostrándose ovales, suavemente acorazonadas, con marcados nervios que nacen desde la zona central del tallo y un color uniforme que abarca toda la gama de verdes dependiendo de la variedad. Las pencas son largas, anchas y carnosas, con tonos blancos amarillentos o incluso rojos. Tras un periodo de temperaturas bajas ofrecen una floración con flores solas o en grupos de 2 o 3, con cáliz verdoso compuestos por 5 sépalos y 5 pétalos. Su fruto contiene en el interior 3 o 4 semillas.
Existen pocas variedades de acelga, aunque su producción es elevada. Se clasifican dependiendo de su color, tamaño de hojas grosor y grado de recuperación que presenta cuando se cortan las 2 variedades más cultivadas en Europa y Norteamérica son:
-Amarilla de Lyon. De hojas grades, con forma ondulada tonos verde amarillo claro, penca blanca de 10cm (de anchura), producción abundante y excelente sabor, de ahí que sea muy apreciada por su calidad.
-Bressane. Sus hojas son onduladas, de gran tamaño, verde oscuro, pencas anchas y blancas. Se trata de una planta muy vigorosa que necesita de un amplio marco de plantación.

Estas dos Variedades garantizan que durante todo el año los mercados dispongan de acelgas para su comercialización.

1.2 Propiedades Nutritivas
   El alto contenido en agua de las acelgas les confiere pocas cantidades de hidratos de carbono, proteínas o grasas, proporcionando escaso valor energético y convirtiéndola en un alimento recomendado para elaborar dietas de adelgazamiento. Pero si es un producto muy rico en nutrientes reguladores como la fibra, sales minerales o vitaminas. Entre estas últimas destaca la abundancia en folatos, sobresaliendo la protovitamia A y vitaminas C, recogidas en las hojas más externas, las más comercializadas. Estas sustancias aportan beneficios como la formación de anticuerpos para el sistema inmunológico, prevención del desarrollo de enfermedades degenerativas, cardiovascular o cáncer, antioxidantes, elaboración de enzimas en el hígado, hormonas sexuales o suprarrenales, mejoras en la visión, así como buen estado de la piel, mucosas, cabellos o huesos. Otros grupos de personas que se ven beneficiados por las propiedades de esta hortaliza son las propensas a padecer infecciones respiratorias como la faringitis, laringitis o bronquitis.
La acelga también tiene en su composición de potasio, magnesio, sodio, yodo, hierro y calcio. Las propiedades de estos minerales regula la actividad muscular equilibran el funcionamiento de intestinos, nervios y músculos, potencian las salud de los huesos, mejoran la inmunidad, así como colaboran en la labor intestinal con un suave efecto laxante y diurético, que reduce la hipertensión o la retención de líquidos. También intervienen en el buen funcionamiento de la glándula tiroides y en el desarrollo del feto, por lo que su consumo resulta muy beneficioso en mujeres embarazadas. Las cantidades de hierro la colocan como uno de los productos a ingerir en caso de anemia. Además la presencia en su composición de ácido oxálico previene la formación de cálculos renales y artritis.

2. Temporada de la acelga
Se pueden consumir durante todo el año pero su mejor momento es en otoño e invierno, sobretodo en octubre.

3. Receta
La receta que hemos escogido es la de garbanzos con acelgas.
3.1 Ingredientes
-Aceite
-Garbanzos
-Acelgas
-Ajo
-Pimentón
-Comino
-Tomate
-Sal
- Pan
3.2 Pasos
Se echan los garbanzos en una olla con agua y se dejan la noche anterior en remojo. Las acelgas se cortan en trocitos y se le quitan las fibras que pueda tener en el exterior y se echan en el agua de los garbanzos.
 Al día siguiente se escurren y se echan en agua limpia y se ponen a hervir.
Antes de cerrar la olla se le echa un poco de aceite y sal y dejamos que se cocinen durante aproximadamente 35 min.
Mientras hacemos un sofrito con el pan y el ajo en una sartén con aceite. Más tarde los retiramos y los machacamos en un mortero y en ese momento le echamos un poco de comino.
En el aceite sobrante del pan y el ajo freímos los tomates, una vez que le hayamos quitado la piel y las pepitas.
Luego añadimos el pimentón dulce y el majado de pan y ajos a la sartén de los tomates.
Finalmente cuando los garbanzos estén tiernos le añadimos el sofrito (aceite, pan, ajo, tomate…) y lo dejamos cocer a fuego lento y ya están listo


4. Degustación
-Pablo: a mí personalmente no me gustan mucho los garbanzos y en general las legumbres. Yo cuando como garbanzos suelo comer los que se hacen con el puchero y la verdad es que estos garbanzos, los que tienen las acelgas, me gustan un poco más aunque siguen sin ser una de mis comidas favoritas.

-Luis: a mí siempre me han gustado los garbanzos, y especialmente los garbanzos con acelgas. Suelo comerlos en casa de mi abuela y me encantan.
Los que hicimos estaban también muy buenos


5. Bibliografía
Hemos consultado las páginas de:
   -www.regmurcia.com
   -www.euroresidentes.com
   - También nos han ayudado nuestras madres y abuelas.









Pablo Benítez Sánchez
Luis Malfaz